lunes, 11 de noviembre de 2013

Presentación

Hacía un par de semanas que venía dándole vueltas a hacer un blog, un blog en el que pudiera hablar de alguna de mis tantas pasiones, ya que además tenía la excusa de que en mi carrera se me había pedido hacer un soporte en internet sobre arte contemporáneo. Así que después de preguntar para unirme a algún otro grupo hace tres días me decanté por crear uno yo solo, en el que tenga que trabajar más, si, pero en el que trabaje sobre un tema que realmente me guste y me sienta atraído. Y de esta forma surgió esta página dedicada a las películas japonesas de todos los tiempos en las que desde mi pequeña ventana por la que veo el mundo pueda expresar mi concepción sobre una cultura ajena a todos nosotros como es la japonesa. Si bien tengo blogs, este es el primero como "crítico de cine", si se me puede llamar así solo por ver unas cuantas cintas y
Akira Kurosawa
comentarlas. Aun así mi objetivo no es solo comentar estas películas, si no hablar de ellas desde el punto de vista de los valores que transmiten, de las pequeñas cosas que quizá a primera vista no captamos en plenitud y que solo adentrándose en la película y sintiéndose cómodo dentro de ella podemos llegar a sentir.
Si he elegido Japón es por una parte por la sociedad tan distinta y a la vez parecida a nosotros que existe en nuestras antípodas. Es una sociedad innovadora pero tradicional, y aunque yo no he tenido la suerte de viajar a este maravilloso país, quien lo ha hecho siempre vuelve con una sonrisa en la cara. Las películas no son una excepción y en la mayoría de ellas habrá algo (entre muchas cosas las cuales ya hablaré en los próximos artículos) a lo que el consumidor occidental de cine no está muy familiarizado; por ejemplo la pausa y la lentitud. Las películas japonesas que se consumen en occidente (también hablaré de alguna de ellas) suelen tener un ritmo americano, pero el cine puramente japonés es muy diferente, y es algo que me llama mucho la atención, ya que la vida en el campo siempre ha sido uno de mis anhelos y en Japón la naturaleza está muy valorada. 
Hayao Mizayaki
Por otra parte me atrae la idea de comentar las películas por las que me empecé a introducir en el cine japonés. Cuando tenía 10 años, en el parador de Mojacar, donde yo veraneaba, había un grupo de entretenimiento para estar por las mañanas de 11 a 2. Allí y gracias al socorrista que convenció a nuestra monitora pudimos ver "La princesa Mononoke", una película que me encantó, aunque solo más tarde y bajo las gafas de la madurez pude comprenderla en todos sus aspectos. Años después me acordé de esta película y volví a verla, y entonces pensé en qué películas más habría hecho este director. Conocí entonces a Hayao Miyazaki y al Estudio Ghibli. Más tarde comencé también a ver películas de carne y hueso gracias a las bandas sonoras de un gran amigo y colaborador de Miyazaki, Joe Hisaishi (Nombre artístico) y gracias a un festival de cine con valores en el que un crítico de cine que conocí allí me invitó a ver la película "Kiseki (Milagro)" la cual comentaré. Por todo ello y por la belleza oculta que desprenden muchas de estas películas he elegido este tema y espero que os guste a vosotros también, tanto mis artículos como las películas en si. Yo me sentiría feliz. Gracias y allá voy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario